MAQUILLAJE DEL SIGLO XX
Al principio en Francia y posteriormente en Norteamérica se fortalece la industria farmacológica apoyando la producción de maquillaje, se invade continuamente el mercado con nuevos productos llegando de manera amplia a toda la población. El maquillaje moderno surge con el comienzo de la industria cosmética en teatro, televisión y cine principalmente.
Con la invención de las películas y la televisión, Hollywood contribuyó a la transformación del sentido del uso de cosméticos; progresando de su temprana categoría de presunción de la mujer, a convertirse en una parte integral de las artes escénicas y audiovisuales. Sin embargo, la industria del cine promovió la asociación del maquillaje con la belleza exquisita, presentando a las actrices como diosas sexuales y de la mano con la publicidad de masas se estimulaba continuamente el consumo de productos estéticos y cosmetológicos alimentando el deseo femenino de ser mujeres atractivas y deseables como las actrices famosas e ídolos mundiales. Fácilmente se han ido convirtiendo en esclavas de las tendencias de moda que son inseparables del uso del maquillaje.
De allí que la industria de las películas promoviera el uso extendido del maquillaje y la creación de nuevos productos; estableciendo continuamente nuevos estándares de belleza. Contando con una gran variedad en tonos para el rostro, labios, sombras y esmalte de uñas, el maquillaje empieza a estar disponible para todas las clases sociales bajo marcas, ya mencionadas, que comenzaban a ser reconocidas como Revlon, Lancome, Elizabeth Arden. Es el caso del antiguo maquillador del Ballet Imperial Ruso llamado Max Factor quien abre una tienda en Los Ángeles donde vende perfumes, cosméticos y maquillajes que él mismo fabrica y empieza a maquillar actores. A partir de ese momento irá creando maquillajes adaptados a las necesidades de las películas.
A través de las décadas del siglo XX se puede apreciar el cambio en las tendencias del maquillaje estético. Al principio se pasa de melenas onduladas, pieles pálidas y románticas a usar el pelo más corto y maquillaje excesivo en el rostro, faldas cortas y accesorios de manera exagerada. Entre 1920 y 1929 la incorporación de la mujer al campo laboral como consecuencia de la guerra surge un modelo femenino más práctico y sencillo en su estética y vestuario. Se exaltan los rasgos de los labios de manera intensa en forma de corazón.
Los avances del maquillaje se detienen a causa de la segunda guerra mundial, década en la que el retroceso en el mundo cosmético es evidente. Mientras que en EEUU se encarna el ideal de belleza a través de las estrellas de cine, cobra auge la fotografía de modelos en las portadas de revista, enfatizando un maquillaje natural dejando protagonismo a la mirada.
En la década de los 50 finalizando la Segunda Guerra Mundial comienza la recuperación del mercado cosmético, surgen nuevas colecciones en la alta costura incentivando significativamente la industria de la moda francesa. Se impone el refinamiento, faldas anchas y cinturas estrechas en diálogo con el maquillaje y el uso de accesorios siendo los diseñadores más reconocidos Christian Dior y Chanel. La televisión era un medio predominante y la publicidad se dispara provocando que se suavice el maquillaje y cobre importancia el rojo en los labios, popularizándose su uso a través de la imagen de Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor, entre otras estrellas del momento.
Llega la revolución del marketing en los años 60, la emancipación femenina rompiendo cánones estrictos trae nuevas ideas y estilos de vida. El movimiento hippy proclama las libertades en las tendencias de imagen, vestuario y maquillaje. El uso de pestañas postizas para enfatizar la mirada acompañara la invención de la minifalda por parte de Mary Quant. Es una década de altos contrastes en la moda, la elegancia de las grandes damas encontrándose con la libertad y el estilo descuidado de los hippies.
Con la década de los setenta llega el uso de accesorios estridentes, se implanta la estética del punk, el exceso de colores, cortes irregulares, el uso de melenas largas en puntas; se considera una década del mal gusto. En cuanto al maquillaje hay una obsesión por la apariencia de una piel bronceada que se puede reconocer en los iconos televisivos del momento y en las pasarelas de moda de la época. La música disco acompañara como bandas sonoras a las producciones de cine y será lo que se escuche en las discotecas de entonces. Las marcas de cosméticos se adaptarán a la demanda lanzando maquillajes en tonos tierras y bronceados.
Con el auge empresarial y la incursión femenina al mismo, en los ochenta surge un estilo ejecutivo que transformará la imagen de la mujer usando maquillaje sobrio y monocromo; desterrando los excesos y brillantes de la década anterior.
Los noventa marcaran una mezcla de estilos que resurgen por temporadas siendo la comodidad la búsqueda principal. La industria de la moda se vuelve muy potente a nivel mundial. En cuanto al maquillaje se retoma el aspecto natural, muy difuminado, y brillos denominados gloss para los labios dando un aspecto fresco.
En cuanto al ámbito artístico el maquillaje se vuelve imprescindible en las producciones de cine, televisión y teatro entre otras artes escénicas y del espectáculo ya que las condiciones de iluminación de estos espacios inciden en el color de piel de los actores y actrices. El maquillaje es una herramienta esencial para la credibilidad de la imagen.
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